martes, 23 de marzo de 2010

De lo fuchi a lo guácala!


No puedo dejar de verlo. Me mantiene cada jornada atento a los resultados y a sus estadísticas. Sé que el nivel deportivo es deplorable, que sus dirigentes son un asco, que son pocas las instituciones que merecen respeto y que el sistema de competencia lo único que puede provocar es náusea.


Y la cosa va de mal en peor. No es que el fútbol mexicano haya sido alguna vez una lumbrera pero hubo tiempos (y hace no mucho) que en la CONCACAF por lo menos que se ganaba era por 4, que los gringos sabían que jugar contra México era perder y que los demás equipos del área festejaban sus goles (si es que llegaban a meter alguno) como si hubieran ganado la Copa del Mundo. De repente, a algún listillo se le ocurrió que "lo buena onda" eran los torneos cortos, que había que mandar al carajo la Copa, que había que meter más extranjeros y demás atrocidades que de nuestro fútbol "fuchi" nos han pasado a lo "guácala".


El Guadalajara primero, el América después y hasta el Cruz Azul (ese mismo del que ahora todos nos burlamos) marcaron época en el fútbol mexicano, eran equipos temidos, odiados por algunos y amados por tantos otros. En cada una de aquéllas gloriosas etapas el resto de los participantes en la liga se armaban solo para pelearles a esos equipos, sin siquiera soñar con emular sus logros, y su máxima aspiración consistía en levantar la Copa. El último equipo temido fue el Necaxa, aquel de Navarro, Vilchis, Ambriz, García Aspe, Aguinaga, Basay, Zárate, Peláez, etc.


Sin embargo, no importa que nuestro arbitraje esté más amañado que los juegos de la bolita afuera de Salto del Agua, que cada día los juegos estén más aburridos, que estemos tan necesitados de héroes que de repente vemos al "Chicharito" en el Real Madrid, nada de eso importa porque la realidad es que, cada fin de semana, seguiré esperando que suceda un milagro.
Luis Montalvo

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